La vida puede cambiar

Archive for febrero 2009

¡Hablemos del amor ciego! Cuando Pat y yo nos casamos estaba tan enamorada que no me encontraba en mis cabales. Pat afirmó en algunas entrevistas que nos habíamos casado bien conscientes de los importantes ajustes que debíamos hacer y de las crisis financieras que íbamos a enfrentar, pero esa era su propia opinión. En lo que a mí respecta, no era consciente de nada excepto de que era maravilloso y que la vida sin él sería terrible.

«Entiendo muy bien cómo María, la reina de Escocia, se debe haber sentido cuando dijo de James Bothwell, su tercer marido: » Yo lo seguiría hasta el fin del mundo en enaguas», pues eso mismo sentía yo por Pat… Si lo hubiera sugerido, hubiera seguido a Pat hasta Timbuctu sin siquiera pestañear. Era mi vida. Para mí, era perfecto y eso fue el inicio de nuestros problemas porque cualquier persona ubicada en un pináculo solo puede ir en una dirección: hacia abajo «.

Shirley y Pat Boone lucharon con sus diferencias para crear un fuerte y duradero matrimonio, pero el principio de su verdadero éxito como pareja vino cuando cada uno reconoció este verdad esencial: NADIE ES PERFECTO.

El libro devocionario de Dios para matrimonios, Editorial Unilit.

Sé nos ha criado con la idea del príncipe azul y la cenicienta, y encontramos muchos jóvenes que no han podido establecerse con una pareja, por esa búsqueda del hombre o la mujer perfecta. Vemos cómo hoy en día hay más divorcios, porque nos casamos pensando que todo iba a ser color de rosa, y a la primera prueba tiramos la toalla.

¿Cómo podemos pedir perfección?, si nosotros mismo NO somos perfectos.

Cuando comprendamos esta idea tan simple, encontraremos ese amor y tranquilidad en el ser amado.

Nada vence el amor a primera vista, excepto el amor con discernimiento.

Proverbios 4:7
La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento.
Agrega este artículo a tus redes sociales favoritas:

Etiquetas: , ,

Kevin cuenta la historia de un querido amigo y hermano de la iglesia que falleció después de una larga vida de amor y servicio.

En el funeral, sus hijos se levantaron uno a uno para contar historias sobre su padre, y pronto nos dimos cuenta de un tema recurrente: que su rasgo más notable era su disposición de servir a otros, sin importar la necesidad. Él era una de esas personas que siempre estaba dispuesta a tender una mano: hacer mandados y trabajillos, o llevar a alguien a casa en su auto. Una de sus hijas mencionó que a todo lugar que iba, siempre llevaba en su maletero del auto una caja de herramientas y ropa de trabajo, por si acaso alguien necesitaba que le arreglara algo.

Muy a menudo, cuando escuchamos la palabra valor, la asociamos a actos heroicos en tiempos de crisis. Sin embargo, en nuestra vida diaria, no debiéramos pasar por alto el valor de solo estar allí.

Las vidas cambian cuando le proveemos con fidelidad a nuestras familias, cuidamos los ancianos o prestamos atención a un amigo atribulado. La persistencia en hacer de este mundo un lugar mejor, para nosotros otros, es sin duda una forma de valor.

A Albert Schweitzer, el gran misionero cristiano, médico y teólogo, le pidieron un vez durante una entrevista que mencionara el nombre de la persona viva más importante. De inmediato contestó: La persona más extraordinaria en el mundo es un individuo desconocido que en este mismo momento se fue en amor para ayudar a otro.

Cuando te encaminas al trabajo hoy, recuerda que tú te podrías convertir en el héroe de alguien.

La mayor obra que cualquiera de nosotros puede hacer por otro, ya sea anciano o joven, es enseñarle a sacar su agua de los manantiales de Dios. F.B. Meyer

3 Juan 5
Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos.


Categorías